Saber que criterios hay que tener en cuenta a la hora de elegir una silla de oficina es una tarea imprescindible y va mucho más lejos de su diseño o apariencia estética. Del éxito de esta tarea dependerá la salud de tu espalda y el rendimiento de tu trabajo, ya que cuanto más cómoda y funcional sea propiciara un entorno de trabajo ideal con incremento de nuestra productividad.
Las sillas de la oficina son el mobiliario en el que más horas se pasa sentado a lo largo del día, por lo que además de elegir la silla correcta también debemos aprender a realizar un buen uso de ella con nuestras posturas.
La mejor opción para la oficina es elegir una silla de dirección. Estas sillas ofrecen diferentes mecanismos de ajuste para conseguir que el cuerpo se adapte por completo a la silla. La mayoría de nuestras sillas cuenta con estos mecanismo. Entre ellos la regulación de la altura del asiento, la reclinación del respaldo, el balanceo, la capacidad giratoria y de movimiento que ofrecen las sillas con ruedas, el ajuste de altura de los reposabrazos y reposacabezas…
Por otro lado la base de una silla para la oficina debe ser de un material resistente como aluminio o poliamida. También ayudará que las ruedas sean antirayaduras y antideslizamiento para evitar accidentes.
Además de los mecanismos de ajuste de una silla de oficina hay que tener en cuenta el material del asiento y el respaldo. Una silla en la que se va a pasar largas jornadas de trabajo debe estar tapizada de un material transpirable y agradable al tacto. Además el acolchado debe ser doble.
Es muy importante que la silla que elijas cuente con una posición ergonómica, esto te ayudará a mantener una postura correcta, algo que es difícil cuando nos hemos acostumbrado a adquirir posturas incorrectas frente al ordenador.
Entre nuestros modelos encontrarás sillas que cumplen con todos estos requisitos como la Silla de Oficina Lincoln, la Silla de Oficina Eames o la Silla Ergonómica Malmo.